La consecuencia de la no acogida es la muerte

La consecuencia de la no acogida es la muerte

Lo vemos desde hace años en el Mediterráneo, lo vemos en las costas españolas donde llegan pateras y cayucos, lo vimos en Moria... y lo hemos visto esta noche en Badalona.

Pero no sólo, el incendio de anoche en las calles de Badalona no es una situación puntual, se suma a otros incendios que sabemos han tenido lugar en Barcelona. No es un caso excepcional, es fruto de la ausencia y falta de recursos.

Nuestra incapacidad para acoger conlleva que muchas personas tengan que malvivir en sus países de origen, viéndose obligadas a migrar. Deban malvivir durante años en su tránsito hacia el país de destino. Deban malvivir, una vez en nuestro país, sometidos a la burocracia del arraigo que impide acceder a un empleo y, por tanto, a un hogar. Este malvivir lo hemos estirado tanto, que ha llegado a convertirse en muerte.

Hoy tenemos que malvivir todos y todas porque sabemos que hay dos muertos, no sabemos qué ha pasado con las 148 personas restantes que se cobijaban a la nave del barrio del Gorg, y el fuego aún continúa activo.

Como ciudadanos y ciudadanas debemos exigir a responsables políticos, todos y todas, que esta sea la última vez. Que estas sean las últimas muertes por consecuencia de la no acogida. No es difícil hacerlo si se ponen los recursos necesarios. Es urgente y es importante.

Exigimos a las instituciones:

  • Estrategias de acogida sistémica que pongan en el centro la acogida de las personas que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad, personas en situación administrativa irregular.
  • La flexibilización de los procesos de regularización actuales para que no se conviertan en una carrera de obstáculos insalvable para las personas, que las lleva a caminos sin salida y exclusión (vivienda, trabajo ...).
  • El compromiso a formular políticas que no respondan a la inmediatez, que den respuesta a una crisis migratoria y a una realidad que ya hace años que es parte de nuestras ciudades, y la manera de gestionarla ha sido siempre desde la urgencia.
  • El reconocimiento de los derechos humanos de las personas migrantes y el derecho a migrar, derechos que son universales e inherentes a cualquier persona.

Notícies relacionades